Ponderación
de la estética
Existen lances del juego que muestran a padeleros vanidosos
jugando “de cara a la galería”. Esa expresión refleja uno de los errores
capitales del deportista: estar más pendiente del juicio, la aprobación y el
despertar de la aspiración en el público que de la eficacia en la toma de
decisiones. Desde esa vulnerabilidad algunos jugadores eligen ejecuciones que
supuestamente responden a cánones escolásticos, que dan pedigrí pero a menudo
se escapan al control del jugador, que sobrevalora sus capacidades reales. Porque
si bien es cierto que la buena ejecución técnica se corresponde con el
resultado eficaz del golpeo, no es menos cierto que muchos jugadores se han
hecho a si mismos sin en asesoramiento de un instructor, sin modelos de los que
tomar recortes en vivo. A estos emprendedores les ha guiado la búsqueda de la
eficacia y han sistematizado golpes que ,aun no entrando dentro de la ortodoxia,
si les sirven para poder medirse a otros contrincantes y disfrutar del juego.
Sucede que, en ocasiones, esos practicantes pierden
puntualmente la humildad y quieren emular los golpes mágicos de los más mejores
que, sin embargo, no están a su alcance. En esos lances resulta chusco
presenciar sus lamentos de frustración por haber fallado un golpe como si ese
no fuera el desenlace esperable cuando no se corresponden capacidad y objetivos.
Esas interjecciones quejosas son solo ruido innecesario que resta concentración
e introduce al jugador o a la pareja en la senda descendente que conduce a la derrota
y, lo que es peor, a la sensación de fracaso. Por tanto, ¡menos alharacas, objetivos
alcanzables, humildad y noción de la realidad! Nuestro rendimiento y también
nuestra capacidad para encontrar el placer motivador lo agradecerán.
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