miércoles, 14 de junio de 2017

La elección de pareja

El pádel es un deporte de equipo. De un equipo reducido a dos elementos, lo cual expresa con elocuencia la importancia de acertar en la elección del compañero. Así, se habla de practicar la alquimia en la combinación de las bondades de zurdo y diestro, rematador y colocador, impulsivo y tranquilo, creativo y esquemático, frío y apasionado, primario y secundario, etcétera, etcétera. Pero si importante es encontrar la mejor fórmula de combinar jugadores dadas sus características físicas, su condición técnica y su desarrollo de las tácticas, tanto o más importante es conseguir la complementariedad psicológica, sin la cual es imposible un clima de sintonía sostenible en el tiempo desde el que compartir objetivos actuar desde niveles de motivación asimilables y defender los mismos principios básicos.

He visto parejas a priori muy superiores y en el papel de favoritas destacadas caer ante otras mucho más modestas en potencial físico, técnico y táctico por causa de un factor emocional sobrevenido, por un clima de críticas, comentarios negativos, falta de apoyo y borrosidad en contrapesar el esfuerzo que se precisa para alcanzar el éxito. Entre las parejas de primer nivel éste es un tema bien resuelto. No se forman de la noche a la mañana; antes de sellar su colaboración pasan por un proceso de conocimiento el uno del otro, la una de la otra y de prueba de convivencia, dentro y fuera de la pista, que les lleva a confiar en que su elección ha sido un acierto. Una pareja bien avenida no se forma en un día y tampoco se deshace en ese mismo plazo. Antes de que esto suceda habrán sonado señales de alarma insilenciables: pérdida de confianza, de humor, de alegría, crecimiento dispar o falta de paciencia, incomprensión ante factores puntuales que afectan al rendimiento, divergencia creciente en objetivos y valores, etc. etc. etc.  Siempre se lo digo a los principiantes:  ¡jugar para ser felices y si vuestro compañero es tóxico no abandonéis la práctica de un deporte tan maravilloso; romped con el compañero y buscad otro de un nivel parejo al vuestro con el que crecer juntos durante un buen tiempo!.


© Santi Casal. 2017




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