martes, 23 de septiembre de 2014

EMBARAZO Y PÁDEL

Me preguntaba el otro día una amiga si podía seguir jugando al pádel estando embarazada.
Bien, el sentido común, como todo en la vida, es lo que prima a la hora de dar una respuesta a este asunto.
–Sí, se puede y se debe seguir jugando al pádel si es lo que apetece. A los beneficios de una actividad física moderada para el organismo, y de manera muy específica en el caso de las embarazadas en la prevención de varices, posible subida de los niveles de presión sanguínea, estabilización del peso, mantenimiento de elasticidad y flexibilidad, optimización de la capacidad de oxigenación... hay que sumar los beneficios para la mente que proporciona una actividad que comporta una relación social enriquecedora y una atmósfera de estímulos compatible con el nuevo estado de "esperar" en el que la ilusión no debe derivar en obsesión ni mucho menos en el refugiarse en casa a salvo de todos los peligros que lleva consigo la condición de estar vivos.
Sólo unas puntualizaciones: la práctica debe extenderse hasta tanto la movilidad no se vea comprometida hasta el punto de que el peligro de caídas sea evidente y, en segundo lugar, a partir del cuarto mes de embarazo no participar a nivel competitivo en partidos de gran intensidad de golpeo en los que un hipotético pelotazo sobre el seno materno pueda derivar en un susto, si bien es cierto que la protección de la que goza el nasciturus hace casi imposible que se cause daño al feto.


©Santi Casal

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